Las dos horas de abundante lluvia que ha caído en la mañana de este sábado en Segovia no han empañado el espíritu de Titirimundi, que ha salido del paso con algunos cambios en los horarios, escenarios a cubierto improvisados o incluso algún espectáculo directamente bajo la lluvia.
Gabriel Abusada
Ha sido posible gracias a la sed de teatro y juego del público segoviano, muchos niños pero también adultos que en muchos casos han crecido con el festival y que, por ello, tienen un paladar más exigente de lo que se puede apreciar en otras ciudades, según han observado varios de los titiriteros.